Punto
Italiano es uno de esos transportadores en tiempo y espacio. Desde el inmenso
horno de piedra y barro que te recibe con los alegres maestros pizzeros, hasta
sus pintorescos dueños que bailan los sábados acompañados de una alegre tuna, todo
te transporta a un pueblito perdido en algún lugar de Sicilia. Las pizzas son
su fuerte – en especial la de prosciutto y arúgula, si nos preguntas – y la
sangría es la mejor forma de acompañar cualquier elección de antipasto.
El
lugar es de lo más acogedor, ubicado en la bajada del cementerio (como
popularmente se le conoce) en la Molina, tiene una iluminación tenue con
botellas de vino alrededor en donde encuentras cosechas que te van a
sorprender. Los gnocchis son una delicia y la burrata es de las pocas que encuentras en Lima. El restaurante pertenece a una familia de italianos que trabaja colectivamente ahí, alternándose para siempre darte una cálida bienvenida con un auténtico acento. Lo mejor del lugar son los sábados en donde a partir de las 11 más o menos, los dueños, que ya comieron y tuvieron unas cuantas copas de vino de más, se ponen a saltar y bailar al ritmo de la tuna en vivo divirtiendo a todos los asistentes con su alegre celebración. Y es que finalmente de eso se trata Punto Italiano, es una celebración a la comida italiana en un rinconcito de Lima.
Ah! Y si eres de los que anda a dieta y corriéndose de los carbohidratos de las pastas, la ensalada de salmón del lugar es la mejor que hemos probado en mucho tiempo, Wariquemente recomendado.
Dirección: Esquina de Calle el Grifo con Av. Universidad, La Molina
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